Páginas

26/1/24

Poema de María Lanese

 


      Yo no necesito de la noche
      para parecerme a ella,
sino para sentir el oscuro desafío
que se enciende.

   Juan Manuel Inchauspe

       
...iluminarse así en la crisálida de ser...
Héctor Piccoli      

                                                                                        

  

Solo en apariencia

la noche es el paso de los astros

es también el recinto donde el cuerpo

convocado por algún residuo de pasiones

emite señales innegables.

 

Adusto rumor en la costilla,

clave y engranaje de los vínculos,

solo la noche, suspendida entre presagios,

es la que advierte el asedio

bajo el reposo de los párpados.

 

Noche abierta, entera en los fragmentos

concediendo al espacio de los días

divagaciones que exudan sortilegios.

 

Letras que son dados alternándose

deslizan su promesa por el reverso de las sábanas

cifrando la invención de algún relato presentido

ajeno y entrañable como el gesto

de meter los pies en los zapatos.

 

Entonces la mañana,

del principio al fin,  

es un final de juego.

 

Diurno discurrir de la palabra

encontrando delicadas pulsaciones

disonancias atinadas,

existencia  provisoria,

mortal, versátil, inconstante.

 

La amalgama que ocasione el poema,

no resultará de cierta gravidez nocturna

ni de las redes de alguna reflexión tortuosa.

 

Trascurrirá entre fluidos reverentes,

vaho profético siempre en movimiento 

luz que tropieza o que se reconcilia

hasta albergarse en alguna presencia

que sin vacilación, se sacia.


© María Lanese                                         

           


4 comentarios:

  1. Muy bueno María.
    Imágenes y pensamientos muy bien dichos.
    Poesía y luz "que sin vacilación, se sacia".
    Alfredo Lemon desde Córdoba

    ResponderEliminar
  2. Bellísimo, María ♥️ muchas gracias!!!

    ResponderEliminar
  3. Qué buena descripción sensitiva de la noche ...y la manaña. Abrazo, Inés Legarreta.

    ResponderEliminar