Un lobo clava los colmillos
en tu garganta.
Pétalo rojo
se dibuja
sobre el pecho.
Huye el aire
ahogando la voz
que no se calla.
Desgarra la piel
que ya no cubre
las curvas ultrajadas
de tu cuerpo.
Bebe con ansias
tu sangre cálida
mientras huye
la mirada.
© Griselda Rulfo
Contundente y justo tu poema Griselda, como un aullido su potencia. Gracias! Alfredo Lemon
ResponderEliminarFUERTE.
ResponderEliminarEl tiempo: lobo-vampiro que bebe nuestra sangre.
ResponderEliminarMuy bueno Gri . .me encantó..Gracias. abrazos Anamaria
ResponderEliminargracias amigos. Griselda Rulfo.
ResponderEliminarMuy bueno! Abrazos
ResponderEliminarLeonor Mauvecin