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29/1/24

Poema de Carlos Aprea

  


el ausente

 

sobre la piel tendida de la tarde,

sobre el murmullo de los indolentes y desatentos, que nada más

pasan,

sobre los párpados cerrados del ausente,

sobre el fino vello de sus manos desplegadas en las rodillas,

sobre las mejillas entibiadas por el tenue sol que las ilumina,

aire

soplo de la vida, fresco silencio en la

calma engañosa del perdido en sí,

pausa entre tormentas,

reencuentro con la propia respiración,

la identidad a partir del propio ritmo,

ceremonia silenciosa del sentido que vuelve,

el ausente respira

una pequeña paz, un breve descanso,

pausa entre tormentas,

ensimismado en su jardín incesante,

allí, en el cerebro, donde transcurre intacto

como era entonces,

escurridiza memoria del deseo más bello,

jardín mecido como nosotros

por este aire

venido de una región que creíamos muerta,

vuelve,

calma perdida, pulso incesante,

y despiértanos

promesas, entusiasmos,

certeza de la próxima mañana,

aire

déjame respirarte

bajo el cielo enrojecido del día que huye,

hacia el oeste del parque, hacia el oeste de la ciudad,

hacia el fin del mundo.

 

© Carlos Aprea

3 comentarios:

  1. Muy bueno con todas sus imágenes Carlos. Además de justo el final. Gracias! Alfredo Lemon desde Córdoba

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  2. Hermosas imágenes! Belleza y profundidad confluyen aquí. Abrazo. Silvia

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  3. Bello como ese airecito que nos refresca el alma.

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