3/12/23

Poema de Leticia Hernando

 


                                 José Watanabe

                                 en el bosque de espinos

 

Quieto, en su silla,

no le asombran los cuentos de ningún viajero.

Sabe, por el crujido de las tripas

y el sapo que le habita el corazón

del movimiento de los ríos y el viento,

el cambio de las estaciones,

que todo animal es mítico

porque señala un borde de lo humano.

 

Sabe, también

que la vaguedad es hórrida

porque no hay palabra que la nombre,

así como el lenguaje es un bosque de espinos

repitiendo el límite de lo posible

y somos cabras

de súbito enloquecidas

dejándonos en cada espina.

 

Seguro en su silla cree saber

que es un desvarío el sueño de les poetas:

decir una palabra.

tocar una palabra

hasta estallar el mundo

y su sentencia.

 

© Leticia Hernando

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2 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

me encantó el tono y el mensaje. susana zazzetti

4 de diciembre de 2023, 10:44  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Muy bueno! y muy justa la ilustración de Gustavo. Alfredo Lemon

5 de diciembre de 2023, 11:50  

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