misa de once
buscan un lugar
para calzar los caballetes
ni demasiado frío
ni demasiado calor
el tablón pesa
las dudas
duplican ese peso
marcan las venas en los brazos
de estos superhéroes
en camiseta sin mangas
el sudor les dibuja manantiales
calmarán mi sed
por siempre
la risa de las mujeres
llega desde la cocina
tapa el dolor
el dueño del fuego
rodeado de la jauría
vaso siempre lleno
chiste siempre a mano
insulto siempre en boca
el juego, hoy
incluye la inocencia de los niños varones
van llamándolos de a uno
los rodean para enseñarles el rito
alguien hace una pregunta
el cachorro responde
y un círculo de carcajadas
le da la bienvenida a la manada
nunca me gustó estar rodeado
nunca
el ritual se multiplica
—temo—
mi turno es el próximo
–algo tiembla–
la pregunta acecha
—respondo—
el clan se encierra en un silencio
busco aprobación
—siempre busco aprobación—
la ronda se abre
cada macho inventará su excusa para huir
papá se esconde detrás de un abismo
así
comienza mi destierro
© Pedro Santos Deluca
Poderosas imagenes. Profundidad. Mil gracias por compartir.
ResponderEliminarMuchas gracias por difundir nuestra poesía, Gus querido.
ResponderEliminarTerrible y tremendo poema... pero buenísimo!! Excelente poetizar el destierro!!
ResponderEliminarMuy bueno Pedrito!!!!
ResponderEliminarQue inmenso poema..no lo desojo..me dejo la bala en el pecho como signo de memoria de cosas que siguen pasando. ♥️🦋
ResponderEliminarUn poema con mucha fuerza.
ResponderEliminarGolpea.
Ana Romamo.
Gran poema, Pedro
ResponderEliminar