Poema de Héctor Gabriel Ghidini

 

Cicatrices

 

Veo frente al espejo, esa lupa sincera

los duendes muy finitos y traviesos,

 

me caminan el rostro sin muestras de vergüenza

mojones que denotan los cansancios del tiempo,

sutil alambrecita por tierras de otra etapa

 

no podría ocultar la angustia a lo vivido

ni a todo lo que sigue cercando al horizonte,

 

pero acepto sin más: no me marcan la cara de costado

vienen de frente y con un hacha, pero de frente,

pero con un hacha

 

no perdonan disgustos, extravíos o fracasos,

como en un gallo muerto todo se ve intacto,

 

se ve también ahí, abajo de esas huellas incrustadas

como este viejo mapa también tiene llanuras,

donde aparecen manos, caricias que sembraron

semillas que hoy tatúan otras manos más nuevas,

 

somos sólo una marcha de señas y silencios,

iguales a la noche, esa copa vertida en vino tinto

con unos bordes lisos y otros cansados

según va la secuencia que nos filma los tiempos

de increíble ficción o realidad muy cruda

en ese eterno afán por sostener la vida,

 

están  ya instaladas y vendrán otras nuevas,

así siempre lo enseñan los surcos de la historia

construimos el sitio vertical merecido,

grietas sobre la piel cansada allá en la latitud del cuello,

 

así andaré junto al viento

hasta que alguna ráfaga de esas marcas finitas

les de vuelta las cartas que se guarda trampeadas,

 

como si fuera un cine que se apaga

con su clásica y última palabra.

 

© Héctor Gabriel Ghidini