Deja-vu
Apenas a cuatro o cinco metros
duerme nuestro hijo
el que unas horas más tarde va a decir
“estoy teniendo un deja-vu
ahora mismo”
Desde que aprendió esa expresión
la usa tanto
que nuestro deja-vu es escucharlo
calibrarla cada día
en su lengua impura
Duerme ahora
en su pose habitual:
plegado en un loto casi plano
los brazos hacia atrás
palmas abiertas
en cuenco de pedir más bien ofrece
toda su candidez al cielo raso
¿Cuántas veces a lo largo de los años
lo vi dormir así?
¿estará otra vez soñando
con volar
o será esta vez mi propio
deja-vu?
© Florencia Fragasso
Bien escrito y muy cierto. Alfredo Lemon
ResponderEliminarEmociona leerlo. Un final que hace poner la piel de gallina.
ResponderEliminarHermoso.
Precioso. Abrazo. Inés Legarreta
ResponderEliminarQué precioso. Amé leerte. Conmovida. Gracias.
ResponderEliminarAndre!