Me declaro fuera de peligro. Los años
vinieron a desmentir que debía
cuidarme de estar viva. En falta me declaro
vulnerable y atenta a cada olor a
cada letra pronunciada cada atisbo
del aire mañanero. Si esta gota
brilla en mi nariz y resplandece
en el rojo negro de
las vaquitas
de San Antonio, me declaro
alegremente viva. No hay motivo para suspicacias
temor o desconfianza. Las hojas
caen y el pequeño fruto deja
su casa del árbol. Ahora es dulzura
en mi boca. Y esta brisa blanca que acompaña
el sopor del sueño. Esta brisa blanca.
© Celina Feuerstein
Precioso poema. Abrazo. Marta Comelli
ResponderEliminarMuchas gracias!! Abrazo!
EliminarCelina 💜
Qué bello poema, lleno de "dulzura en mi boca", lleno de vida! Gracias.
ResponderEliminarBellísimo! y qué forma original de cortar el ritmo, los versos... un abrazo, Celina!
ResponderEliminar