Texto de Pola Gómez Codina

 

Gordon Shumway

cayó una noche de agosto en la casa de los Tanner. La nave se estrelló contra el jardín y las bromelias amortiguaron el impacto. Tuvo suerte de encontrarse con una familia tan estable y aburrida, con un padre que movía la cabeza dulcemente con reprobación cada vez que él intentaba comerse al gato. Lo llamaron con las siglas de Amorfismo Lejano Fantástico y él aceptó ese nombre de buena gana. Intentó volver a casa varias veces, pero su planeta se había extinguido. Cuando finalmente hizo contacto con los sobrevivientes y lo fueron a buscar, se dio cuenta de que regresar era imposible. El punto de partida había dejado de coincidir con el de llegada. Su frase favorita era no hay problema.

 

© Pola Gómez Codina