VIENTO EMPERADOR
El viento que arrastra el polvo
y lleva las hojas a otra primavera
también deja semillas de ideales
para florecer en la memoria.
Como la infancia: lugar sagrado.
Y permite fantasear un origen
creer que de niños
nos aferramos a lo imposible
donde adormila el perfume
del árbol sin tiempo.
Como si fuera el refugio de la extrañeza
donde el mundo es ajeno
arrastra
para recordar que
nunca fue de nadie.
El viento que arrastra el polvo
también arrastra al hombre.
© Jesús Goicouria
Siempre la infancia es/ será un lugar sagrado a donde volver. Gracias Jesús. Alfredo Lemon desde Córdoba
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