Soy el que se marcha,
el huésped impreciso de mí mismo:
estoy hecho de minutos idos,
de una sustancia hacia abajo y atrás,
un líquido que gotea
ya apartado de mí.
Inútil tapar con las manos
tanta fuga: imposible
detener la caída
con esta débil piel,
este sitio por el que me voy interminable,
esta casa amueblada y vacía,
este puerto de barcos sin memoria.
Soy el que se marcha,
el hostil anfitrión de mi sangre,
soy el que tapia con dedos pequeños
las infinitas heridas
por las que igual huyo,
puro tiempo consumado.
© Néstor Fenoglio
Muy bueno. Graciela Barbero
ResponderEliminarMuy bueno Néstor. Huéspedes apenas / luego unas líneas...y ser huidos, "puro tiempo consumado" y consumido. Me encantó. Gracias! Alfredo Lemon desde Córdoba
ResponderEliminarHola
ResponderEliminarUn gran poema Nestor
Gladys Cepeda