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15/7/23

Poema de María Casiraghi

 


ILUMINACIÓN

 

Una tarde

con mis veinte años

en un libro, Allen Ginsberg

contaba visiones. 

Hablábamos de lo mismo

de esos instantes en los que comprendemos todo,

nada nos hace falta, nada pendiente en la batalla.

 

Ese año, lo recuerdo

era tan chica y sin embargo

podía tocar el infinito.

 

¿Qué es lo que distingue al que vive del que muere,

al que sólo respira, sin moverse casi,

del que agota sus caminos andando?

 

Allen Ginsberg lo sabía

dictó mi sentencia

me dijo “ya estás lista”

y yo

que volvía del Asia

donde había visto tantos dioses

le creí.

 

Prendí unas velas

estiré mi cuerpo en la sábana

y cerré mis ojos

para siempre.

 

Así debió ser quizás

mi último día

 

(así quiero que sea

cuando despierte).

 

© María Casiraghi

5 comentarios:

  1. Maravilla la percepción/ revelación que describe tu poema. No es poco creerle al padre de los beats!. Alfredo Lemon desde Córdoba

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  2. Hermoso María, gracias, Irene.

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  3. Buen poema que se refiere con profundidad a la omnipotencia de la juventud, "era tan chica y sin embargo/ podía tocar el infinito", y al poder de la literatura.

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  4. Maravilloso trabajo. Griselda Rulfo

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  5. Es un trozo de vida ese poema. Late.Gracias

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