16/7/23

Poema de María Ángeles Pérez López

 

 

La mujer no conoce la palabra sosiego.

Se sabe el diccionario completito

pero nunca aparece esa palabra

en su nómina larga y prodigiosa

de días y pesares y razones.

Así le va, no hay horas suficientes

para pintar grafitis en su cuerpo

como pared de adobe no horadada

porque ella también puede, yes we can,

ella también pintarrajea un sol

sobre su piel flexible, oscurecida

y la felicidad es el tornado

de saberse viviendo en la mitad

exacta de su vida, en los cuarenta

que han traído a raudales las palabras

para decir que sí, que yes we can,

que hay formas no menores de alegría

en las sílabas blancas sobre el cuerpo,

sobre el duro cemento del país.

 

Aes tónicas, la eme, súper uve,

letritas que se ponen a crecer

en el patio con niños de la boca,

en su chiquillería y sus hierbajos,

su percentil, su tabla de planchar,

su voto y su pelea de justicia;

las letras diminutas que se bañan

como las nadadoras, las atletas

en el azul intenso de la boca,

se ponen a crecer, se hacen mayores,

salen al mundo, duelen, se estremecen

y escriben la alegría, el abandono,

las redes de agujeros sobre el cuerpo

como una tapia rota y demolida

que se deja querer por las palabras.

 

No hay forma de poderle a ese festejo.

 

                a Mª Victoria Atencia, por “Nadadora”

 

 

© María Ángeles Pérez López

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1 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Estupendo! Gracias! Alfredo Lemon

17 de julio de 2023, 17:37  

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