Inasible don perdido, al evocarlo
encuentro lo evocado.
Y antes del decir, ya estuvo dicho.
Todo ya fue escrito
A la casa ha vuelto.
Sólo el rocío en la hierba al pie de la montaña.
Recuerda, busca, sabe, que ha leído
-en otro
tiempo- la escritura
oráculo de piedra, que habla y dice:
Tú que pasas a la fuente /moja tus manos y deja
que unas gotas como lágrimas /deslían sobre la hierba
En el agua de
la fuente inevitable.
En la casa del
amor y de la muerte.
En la sed, en el deseo
el rostro del amor
que se renueva.
© Leonor Mauvecin
Gracias Gustavo por esa foto!! Justo para mi poema.
ResponderEliminarLEONOR MAUVECIN
Bello poema de amor. ❤️🦋Gra Ballesteros
ResponderEliminarenormes palabras, Leo.
ResponderEliminarAdoro ese libro.
Gracias
Claudia
Maktub! Gran poema, querida Leo! Estela Porta
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