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16/7/23

Poema de Estela Smania

 

 MANINA

 

Quizás se le enfriaban las manos.

Es posible que acechara las ventanas

en noches destempladas

cuando el mundo parecía

un camarote de tercera

y un centenar de voces la llamaba

por su nombre de pila.

Tal vez haya soñado

(no creo que cantado)

mientras eternizaba

la ropa de los hijos

o espumaba el puchero al mediodía.

Yo la llevo en la sangre

como un puñado de cenizas

que muy de vez en cuando se agita

y me hace creer

con su temblor ligero

que viene a presentarme

sus más sinceras condolencias.

 

© Estela Smania

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