Ay del quejido de los huesos
ay de la mirada que nublado vuelve al día
La vejez viene en el misterio de la vida
irrumpe con las letras del desasosiego estalla en lo no dicho
acuna en sus brazos las culpas que nos
habitan
Ay ay
que no llame a mi puerta que no llame
grito
Ella insiste
su bastón despojado de tiempo inquieta
agito la memoria de mis días felices los despliego
le enrostro la fotografía de alondras y de
risas
Vocifera mi niña
y la vejez se espanta
© Ernestina Elorriaga
Sublime tu poesía Ernestina como siempre!
ResponderEliminarGracias 💟
Ufff qué poema.. cada verso me succionó .. ayyy esto de sentirse adentro de cada verso y no encontrar niña que vocifera a la muerte.. poema inmneso que ayuda a limpiar.. ❤️🦋G.Ballesteros.
ResponderEliminaray que bello decir de esa vejez que espanta.
ResponderEliminarGraciela Barbero
Precioso, Tina, bello por donde lo quieras abordar. Cariños, Marta Ortiz
ResponderEliminarErnestina, qué sonoridad tu poema. Me gustó mucho, abrazo! Gracias Gus!
ResponderEliminarSutil y profundo Tina querida
ResponderEliminarLate el poema Tina. Gracias.
ResponderEliminarQué bello poema Tina: esa niña gritando...esta poesía y toda tu poesía: esa niña gritando.
ResponderEliminarFuerte abrazo.
Vero Capellino