Susana Slednew comparte a Sánchez/Albesa/Morán

 

Salmo

 

Saco el último vestigio en alas de mariposas.

 

Enjabono y tuerzo.

 

Al tacto del viento con mis manos

un olor confuso se aproxima por la acera izquierda.

Lo guardo,

trato de meterlo en la taza del baño,

pero en remolinos es vaciado a mi boca.

Tiento,

palpo cada pliegue del pecho.

 

Hace falta mucho detergente

cuando mi país hasta en la ropa duele.

 

Mery Yolanda Sánchez 

 

acaso puede decir que no está loca

que no tiene en el relato de su vida

monstruos debajo de la cama

 

atávico cordón la une a la locura

vacío inicial imposible de llenar

 

quizás ese punto del pasado que la quema

esa necesidad frente al espejo de pasar al otro lado

o siempre confundir al ser amado con su fantasma

 

acaso no ha querido arrojar su rostro a las llamas

acaso se puede jactar de nunca acariciar

                                 aquello que ya no existe

 

Mabel Albesa 

 

El mundo que conocimos

se desmorona, lento.

Uno a uno los dedos de su mano

resbalan en el borde.

El presente es cada vez más fuerte.

A veces pega varios ladrillos

o encaja una piedra.

Otras, restos caen por la pendiente.

La muerte de un astro del deporte

de una estrella de cine

de un músico famoso

concentra el dolor

de los duelos privados.

La historia de la lucha

por conservar mejor lo que fuimos,

aquello que hemos amado.

 

Sergio Morán