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25/6/23

Marta Elena Guzmán comparte a Acosta/Bernasconi

  


EN EL OLEAJE DE LOS PARAÍSOS

 

Un canto rojo

desata los sueños de las granadas.

Acércate.

Que me taladre la

violencia de los brotes

en la largura de los días.

Guarda para mí el secreto efímero

de la tarde cuando llueve.

Deja atrás las marchitas hojas de la tristeza

el rocío de un invierno que ya fue.

Despierta en el oleaje de los praísos en flor

y en el fino polen que dormita en las abejas.

Yo sé, vencerás el frío de las sombras

y una savia de esperanza será enramada sobre los campos

en la alianza de los jóvenes y el sol.

Cómo no amarte

si hay un murmullo de aromas

recostado en el salitre de mis lágrimas.

 

Nilda Acosta

 


DIARIO DE VIAJE

 

"Permíteme un instante

un solo instante..."

 

De ti he partido, dolorosamente arrojada a esta orilla

donde el tiempo es cadenas, límites y asfixia.

Tú me iniciaste con signos inequívocos, la ansiedad por la aurora,

la embriaguez de astros, el infinito viaje...

Un ángel transparente es mascarón de proa

me indica con su espada la estrella polar.

Zarpé desde la infancia entre olas sombrías,

mar de plomo y cenizas, huracanados vientos,

laberínticos estrechos y arrecifes,

detenerse es morir...

Uni cielo tan alto, tan lejano,

tan gris, es un mar equivocado...

 

Inenarrables cantos de sirenas proclaman las arenas cercanas.

Allí he anclado;

insólito, intangible, archipiélago en brumas...

Allí tu rostro, sus manos,

la plaza, los árboles gigantes y los duendes,

la música, esa música, siempre...

Potros de belfos libres huyen hacia el amanecer

y en la playa otra vez el piano del crepúsculo...

Pude quedar allí.

Es solo un espejismo.

Una isla de sol en la memoria.

Me amarraron al mástil y partí

aquel piano de ocaso rasgándome las sienes.

Guardo celosamente en la bitácora,

el fuego de aquella melodía y no obstante, se expande,

corre libremente desde quilla a la popa.

Es la fuerza que impulsa este velamen.

Aquí desde el timón,

ya no importa si es noche sin estrellas.

Navegan junto a mí las dos constelaciones.

La certeza del rumbo me ilumina las manos y las lágrimas.

Llegaré, no lo dudes.

He arrebatado el fuego de la música a los dioses

                      /sangrientos del crepúsculo

a la mágica comarca de la infancia

allí donde somos demiurgos de la luz.

Ya

no importan las tormentas,

ni los rumbos perdidos,

ni los naufragios.

como debo llegar.

Mi barca avanza intacta,

en la cubierta cantan ángeles marineros...

Entretanto,

permíteme, aunque fuese un instante, un solo instante,

retornar a tu vientre,

respirar el aliento de mi origen,

reconocer tu  sangre en mis arterias...

Y partiré otra vez, madre,

hacía la ruta cíclica del tiempo.

 

Stella Bernasconi

6 comentarios:

  1. Gracias Marta y a tus poetas invitadas, Abz, Gus.

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  2. Muchas gracias Marta y a Gustavo, un honor para mí.

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  3. Inmensos poemas. Gracias por visibilizar estas voces increíbles Marta. ❤️🦋 Graciela Ballesteros

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  4. Muy bueno leer a las autoras que trajistes Marta. Permiten observar la unión de lo invisible debajo de lo diverso. Muy preciso el cierre de Stella Bernasconi en su magnífico Diario de Viaje cuando escribe: "Y partiré otra vez, madre, hacia la ruta cíclica del tiempo". Formidables. Gracias, Alfredo Lemon desde Córdoba

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  5. Muy buenos poemas los de tus invitados!
    Graciela Barbero

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  6. Gracias a todos y a mis publicadas, son dos poetas que admiro mucho. El honor ha sido mío.

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