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21/6/23

Dardo Passadore comparte a Chitaro/Valenzuela/Martínez Coronel

 


SÍSIFO

 

                   Hay días en que andamos como heridos

                   ya como desangrándonos

                  pero nada es visible;

                                       Circe Maia

 

I

 

Comenzar de nuevo

reencontrar el simún dentro del pampero

y dejarlo allí

en la vasta isla azul

(la verde creta del tercer cuaderno de voronezh) 

 

la estrategia es

olvidándolo todo recordar lo que es mío

restaurar

el antiguo régimen matriarcal comenzando de cero

reemprender

desde el mismísimo acto de emprender

redimir

y si no alcanzara con esto reencender

repatriar reincidir

reiniciar durante las festividades del día décimo

¿o eran de fatiga

esos lápices labiales

cuando llamaban por su nombre a las criaturas? 

 

comenzar de nuevo entonces

desde el génesis

desde la mudez del cielo y de la tierra

como empieza el mar en cada marejada

como un ritual de vientos del desierto

aunque eso signifique que alguna barca

 

no vuelva más a apacentar sobre el estiramiento de los médanos

 

o como si la llovizna desovase

millones de huevecillos de serpientes 

 

Elbio Chitaro

 


El beso que nos queda

 

Se une a la mañana

una febril síntesis de ausencias

un pentagrama de silencios en la calle

Un racimo de pámpanos sin verbo

negándose a ser mañana

sin bocas

encendiendo el vino en primavera.

Esta hora

llama virginal,

naciendo el día

viene a quedarse

sangrante de rocíos en el patio.

Yo,

quisiera mojarme entre sus gotas

ser en su humedal un verso

simple

lerdo

murmurando abecedarios

del costado izquierdo del poema

bautizado de rocíos.

Este minuto,

murmura pinceladas

en vocales abiertas y cerradas

en urgencias pálidas

de esta hoja

sin renglones

hasta hacerse miel

hasta desnudar mí sed

de color

de llamas

ardientes

todavía

de mojar en tus ríos

en el segundo que sea

el beso que nos queda.

 

Darío Valenzuela

 


Era su cama unos trozos de diarios

con los que atajaba el frío.

Hace rato llevaba la mirada quieta y el deambular de los pájaros sin alas y sin trino.

Esa noche en la volqueta no había hallado nada, las tripas dolían, pidió plata para el vino.

Alguien le dio y pudo sostener su misterio semi-dormido.

La noche oscura iba avanzando, cuál extraña advertencia, de hielo y corazón oprimido.

Acomodóse bajo los cartones y se durmió sin deudas, como se duermen los niños.

Lo despertó el intenso calor, el ardor que corría desde sus piernas la sensación del abismo.

Gritó hasta que el fuego calló su voz, y se murió sin permiso.

Al atardecer ya estaba limpia la vereda, de su presencia que interrumpía el paisaje, aunque nunca hizo ruido.

 

Silvia Martínez Coronel

11 comentarios:

  1. Gracias Dardo y a tus poetas invitades. Abz, Gus.

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  2. Hermosos poemas Dardo. ❤️🦋Graciela Ballesteros

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  3. Gracias Dardo Passadore por compartir mis decires. Abrazo en las palabras

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  4. Gracias Dardo Passadore por compartir mis decires. Abrazo en las palabras

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  5. Hermosos los poemas, gracias Dardo por compartir con nosotros!

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  6. Gracias Dardo!! Muy buena selección!!!

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  7. Gracias por sus bellos poemas! Belkys Sorbellini

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  8. Muy buena poesía!

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  9. Gracias Dardo x compartir esos poemas Gloria Calvo.

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  10. Es muy bueno difundir la poesía de amigos. Gracias Dardo por esta elección.

    Lily Chavez

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