Dardo Festino comparte a Alonso/Micelio/Muñoz

 

Genes

 

Si vuelves a mi vuelves por tus genes,

por tus largos brazos de refugio y de cuna

en los que siempre cabe como un animal perdido

mi orfandad

si vuelvo a vos, es porque esa cámara fue indiscreta

nos contó los cabellos uno a uno, como si fuera un pequeño dios.

Mirando esa fotografía, cuanto descubre de mí esa imagen

ese gesto ambiguo en mi boca, es el mismo que recuerdo en la tuya

si volvemos el uno al otro

es porque ese flash me congela, es la mirada de un ojo cíclope

minucioso y certero. Es por un detenerse de los relojes,

es por un gesto en dos bocas superpuestas,

por un sin tiempo en el que hallarnos otra vez.

 

Néstor Alonso 

 

Apocalipsis del oriente 4

 

Una brújula que danza su corazón en silencio.

Algo de acero lastima a los hombres.

Las mujeres se dibujan

cómo orillas ya abatidas.

 

Del oriente,

Un río de nubes se avecinan

Suscriben con vehemencia

Los rezos de la lluvia próxima

una lengua de arena se vacía

en su jaula de espacio y lujo.

 

Caben tantos tiempos

en esta antigua historia,

interminables oídos como sexos,

Dime,

dos mil años

¿cuántos miedos son?

La aritmética es siempre la misma;

Ego igual a un hombre más dos odios.

 

El ojo de la noche

guiña apenas su estrella ausente.

y pasan,

diente a diente su engranaje,

pasan,

y tocan,

tocan.

 

Son cuatro los tipos,

peregrinos del hierro y soledad.

El asunto es como el lamento de un elefante en Asia;

"Yo no elijo destruir".

 

Un pergamino,

Vaya metáfora para explicar el cielo.

Pero la pluma,

es por pluma que estamos aquí

truncados, todos.

Es por ella,

magnífica en su costal de platino,

en su guerra de vientre y mamas,

bebiendo el deseo,

pintando colibríes sombríos

 

Son ellos,

cuatro hombres de fuego delante de la promesa,

sobre la punta de la paz futura

lavando el dolor de los cuerpos débiles.

Son ellos

y este pésimo dios destructor

que piensa,

que creé,

que aún valemos la pena.

 

Micelio

 

HOJAS DE INICIADO

 

I

 

Soy apenas un iniciado

de la lumbre antigua

 

Soy tal vez

susurro

 

En las venas

de la madre térrea

 

(o etérea

 

A duras penas

soy aliento que se agita

en el hormigueo diurno

de los seres “hombre”

 

Los más huérfanos

 

entre los huérfanos

de la naturaleza.

 

II

 

Corteza y sangre

de la luz

 

El mito de mi nacimiento

desaparece

en la inmensidad del sueño

 

Mi cuerpo tuvo origen

en el secreto canto

de los cielos

 

Mi alma

fue engendrada

en las desnudas conversaciones

con la tierra.

 

III

 

Colmadas de vientos

mis manos

crean los confines

 

Inscribo

en las constelaciones

 

el destino de cada cosa

que nacerá en el tiempo

 

Ahora nacido

sé que mis pasos

se replican en lo eterno. 

 

Alejandro Muñoz