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16/5/23

Poema de Martín Pucheta

 


SILENCIO FRUTAL

 

Todo beso bien puesto aturde

a las jirafas del edén,

un cachete bien acariciado

asusta a las estrellas,

mosquitos que submarinizan.

 

La caricia regiamente acariciada,

ni viscosa, ni suelta,

ni mamenga, ni en puntitas de pie,

acariciada con talento azul

y con ángel pocolento, provoca

si no una maraña celestial

a rastrón de la vida,

un silencio frutal impresionante,

un vacío mujeriego

tal que sube

a la lluvia por las piernas

y, pobre, desbarranca en horizonte

la medusa del aire.

 

En fin, si quiero

redondear este cariño,

todo toqueteo de jardín,

todo mimo fantástico y sensual

en tiempo y forma,

con justa proporción de raíz y de vuelo,

con babosa lentitud de caracol calcomanía

 

y aérea y lírica y tibia

velocidad de nube florada,

no tiene perdón de Dios,

por eso hay que hacerlo.

 

© Martín Pucheta

1 comentario:

  1. Me encanta como escribe Martín, tuve oportunidad de leer poemas suyos en el taller de Darío Oliva. El uso particular y el sentido de cada palabra, como el rumor de agua sin hablar de agua. una belleza. Nora Quiroga

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