FLORES DE PARAÍSO (Casilda,1952)
Corté flores de paraíso
tan azules y bellas
como un cielo de verano
y se las llevé a la maestra
mientras mis compañeros
reían
porque ellos iban a rezar
los domingos
con ramos de crisantemos
comprados
y los dejaban
junto
a la imagen
de la virgencita.
Nada les conté entonces
que yo venía de un desierto
donde no había iglesia
ni tampoco flores
sino matas oscuras
y chicos en alpargatas
que no reían nunca.
© Lydia Helander
qué hermoso, qué hermoso. Gracias Lydia, Irene.
ResponderEliminarMe transportó a mi infancia, gracias, Oreste.
ResponderEliminarmuy sentido y expresivo poema. Gracias por compartir!
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