A nadie sorprende
un perro ileso
caído de un balcón
Chopin interpretado
por gatos siameses
con un piano de juguete
miles de cosas pasan
al mismo tiempo
nadie se satura
de indolencia nada
a nadie le importa
el olvido nunca
conviene
dejarse llevar
por habladurías.
A nadie nada
importa si los gatos
son un simulacro
o si el perro se disuelve
como un meteorito
al estrellarse contra el piso.
Nadie se sorprende
por el tiempo de arena
nadie se satura nunca
de habladurías a nadie
conviene
dejarse llevar
el olvido de nada
a nadie le importa.
© Fernando Gabriel
Caniza
Gabriel me encantó el ritmo de tu poema y lo absurdo y la expresión del vacío del lenguaje que funciona como las mismas "habladurías!
ResponderEliminarExcelente! Teregerez
Hondo y bello, felicitaciones, Fer! Abrazo!
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