Lunas
Jamás soñé una noche sin luna.
Bajo su luz todo es posible.
El amor tiene brillo de cuerpos desnudos.
Los pueblos encienden misterios
insondables.
Las luciérnagas vuelan más alto.
Los ojos del niño titilan sin temor.
Una noche de plenilunio es puro regocijo.
Si no hubiera luna los pueblos se
apagarían.
La mirada del niño sólo ofrecería miedo.
Las luciérnagas no dibujarían parábolas.
Enamorarse sería partir el pan de las
bestias.
En mi país hubo noches sin luna.
El terror anidaba en las manos del niño.
Fue galope asesino en cada luciérnaga.
Aniquiló plazas y calles misteriosamente.
Derrotó los cuerpos que alumbraron el amor.
Esta noche mi hija pregunta por qué no hay
luna.
Comienza a titilar el miedo.
Tanto desamparo derrumba el último caserío.
El viejo dolor vuelve a padecer aquella
enfermedad.
Una luciérnaga atraviesa lo que resta de
alma.
© César Bisso
Muy bueno! "Una noche de plenilunio es puro regocijo" esa frase es para un título o una consigna. Gracias! Alfredo Lemon
ResponderEliminarSugerente y lleno de bellas imágenes. El verso final es un broche de oro. Felicitaciones.
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