Como la respiración, así de hondo
cava este amor cada rincón
de mi cuerpo. Y si lo olvido es que no
pienso
cada vez en respirar. Por otro lado vivís
tan lejos. Mido mis posibilidades en
kilómetros
en segundos. Querido mío es difícil y aun
así
golpea hondo este amor. Si dudo es que no
ciega
nuestros ojos el mismo sol ni nos moja
una misma lluvia de otoño. Quedamos presos
entre orillas
extranjeras. En medio el mar repliega sus
aguas
nos arrastra. De la costa a lo profundo y
otra vez
a la espuma en la playa.
© Celina Feuerstein
El poema respira, se hunde, se mece. Es hermoso. Susana Slednew.
ResponderEliminarBelleza!!
ResponderEliminarGracias queridas poetas por los comentarios amorosos!
ResponderEliminarMaravilloso! Gracias! Jime Cano
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