Miro La Cañada
desde el bar de una esquina.
El vapor del café nubla mis ojos
se me cruzan
los versos de Juan Gelman
«Un pájaro vivía en mí.
Una flor viajaba en mi sangre.
Mi corazón era un violín…»
Tonterías de Juan
que me trae la memoria.
Mientras
un gorrión
se posa en la mesa
y me trina.
© Graciela Ballesteros
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