6/2/23

Poema de Claudia Ferradas

 


XVIII. La luna              

 

Puedo verte bracear en el estanque

procurando llegar a alguna orilla.

Un fango oscuro lame tu contorno.

Mi luz especular

conjura el sortilegio donde viven tus sombras:

una alucinación viscosa, amniótica,

pura emoción sin bordes ni frontera.

 

Soy Selene.

Soy Ishtar.

Soberana de mares y de vientres.

Astarté.

Mama Quilla.

Divinidad triforme:

doncella virginal, madre, hechicera.

 

Contémplame.

La oscuridad revelará el misterio:

arco iris del cosmos que se eleva

alimentando a Helios,

con cuya luz revelo mi presencia. 

 

Esta noche soy Diana cazadora.

No insistas, como Acteón,

en descubrir el rictus de la cara que oculto.

Mis sabuesos custodian los portales,

Perséfone conduce la jauría.

En la noche del alma,

no temas al cangrejo zodiacal:

él puede revelar la matriz cósmica.

 

Te has atrevido al rito de pasaje.

Los miedos ancestrales no te agobian:

tu intuición es la balsa.

 

Ya lo sabes:

cada dolor no fue más que un peldaño.

Más allá de las torres

espera el mundo fértil de tu conciencia plena.

 

© Claudia Ferradas

Imagen enviada por la autora del poema

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2 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Profundísimo. Gracias Claudia. Alfredo Lemon

8 de febrero de 2023, 10:52  
Blogger Adriana ha dicho...

Muy hermoso, Claudia. Lleno de imágenes que resuenan poéticamente en el inconsciente y fascinan al lector. Gracias. Un beso. Dirbi Maggio

12 de febrero de 2023, 0:18  

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