Promesa
Donde el poeta, investido como un personaje
de Kozinski, conversa con su hija
Para Clara
Y si de pronto un rayo o un camión se
abaten
sobre la palma erguida,
sobre su razón llena de pájaros
y mediodías
si la malaventura hiere su frente de luz
y la desguaza
y convierte en escombros su razón
y su alegría
que era también la nuestra
no te dejes llevar por la tristeza,
hija,
recuerda que detrás de los escombros
siempre quedan semillas
y que algún día,
pronto,
después del rayo y la malaventura
se abrirá la luz
cantarán los pájaros
y nuestra calle y todas las calles del
mundo
donde alguna vez hubo palmeras abatidas
se llenarán de felices jardineros
que peinarán
los nuevos brotes
y regarán los mediodías.
Te lo prometo, hija:
la mañana se llenará de jardineros.
© Gabriel Chávez Casazola
Palabras de esperanza sosteniendo a una hija. Bien narrado. Gracias! Alfredo Lemon desde Córdoba
ResponderEliminarDulce ilusión!
ResponderEliminarhermoso poema, agradecida
ResponderEliminarpatricia corrales