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16/12/22

Poema de Estela Zanlungo

  


La casa de la calle Bouchard 

 

Las tías de mi madre se fueron a morir,

justo cuando empezaban a intrigarnos

las cosas que los grandes

nombraban entre dientes.

 

Días enteros, las habíamos visto

ovillar de la lengua a la lana

con paciencia infinita.

 

Una tía soltera no llega a vieja

sin una historia colgando de la enagua:

puntillas al crochet,

los bordados difíciles

cuando la noche es una flor a punto de estallar,

inmaculada para el novio

que se murió en las sierras antes de curarse.

 

Solterona, decía mi mamá,

y yo me imaginaba un camisón de mangas largas,

con el canesú alto

sobre la jaula de los huesos

 

© Estela Zanlungo

2 comentarios:

  1. extraordinario este poema Estela, recreás los finales de los 50, al menos los míos gracias

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