Poema de Ana Lema Colangelo
PENSIÓN DE SOL
Nunca fui
y bebí todo mi dinero,
como por última vez.
El bar: casi vacío
pocas personas se emborrachan
los lunes.
A veces me entretengo contando estrellas
a través de la diminuta ventana de la
habitación,
tiene las dimensiones de las ventanas de
las cárceles.
Como las manchas de sangre adheridas sobre
el piso.
La dueña dice:- no es nada-
otras, suspira.
Mañana por la tarde
alguien regresa
y deberé partir.
Desde la cantina vecina
se filtran gritos,
devela falsa compañía;
también se acoplan sabores: paellas oleosa,
supongo
carnes asadas y también huelo mariscos...
Por el hash embriagada
me adhiero los auriculares.
Oídos sordos para Sinnead O ' Connor, tal
vez sea Oasis
y el silencio aturde.
Mastico puñados de avena
cruda,
del paquete que compré esta mañana en al
feria.
Apenas unas pocas pesetas.
Amanece
tan oscura en el país de los claros
tan engullida de noche.
Una laminilla de acero mordiente
sé que es ajena a mi sangre,
sin embargo, logra derramarla.
© Ana Lema Colangelo
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