COMO UN RÍO
mi padre se conmovía con las cosas simples:
un pájaro construyendo el nido,
la sombra que nos albergaba en enero,
los dibujos estelares
o un tren que estremecía la llanura.
simplezas como el fervor de una hormiga
en su cotidiano trajinar con una carga
que doblaba el tamaño de su cuerpo.
[vaya a saber lo que pensaba
cuando miraba una hilera de hormigas
mientras se hacía chiquito arrimándose a mi
corazón]
a veces siento que no supe nada de aquel
hombre
al que le gustaba oír la lluvia
mientras reparaba las horas en su taller de
relojero.
[sé que de él heredé
las ganas de cantar por las mañana,
la fascinación por los espejos
y ese andar cansino del atardecer.
quizás, también, esta manía
de detenerme en lo sencillo de la vida]
¿qué secreto lo abarcaba en su empeño
por
recomponer el tiempo?
¿cuál sería su desasosiego?
¿por qué el fuego que encendían sus ojos
en cada flor que moría a cielo abierto,
sus largos silencios anticipando
una ausencia a corto plazo,
su voz relatando un mundo desmedido?
este triste domingo muriendo en la ventana
descorre –apenas– el velo del misterio:
en la dulce tibieza de sus manos
crecía una herida abierta
que viajaba, incansable, como un río,
hasta su pecho.
© Ana Gervasio
Penuria y nostalgia en tu sentida y bien escrita evocación Ana. Abrazo afectuoso Alfredo Lemon
ResponderEliminarConmovedor y emotivo. Bello poema. Gracias.
ResponderEliminarBelkys Sorbellini
Precioso homenaje al padre
ResponderEliminarGracias y abrazo, Inés Legarreta.
Inmenso el amor que tus versos engendran. Gracias Luciernaga querida.
ResponderEliminarPrecioso, Ana. 💖
ResponderEliminarHermoso y conmovedor, Anita. Tu poesía es tan íntima...horada. gracias!! Jime Cano
ResponderEliminarMuy profundo y genial!!!
ResponderEliminarCuanta intensidad en este poema.
ResponderEliminarAna Romano.
Muchas gracias por la lectura y el cariño <3
ResponderEliminarMagnífico, magnífico poema, Ana.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Gus, por difundirlo.