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12/10/22

Poema de Rodrigo Galarza

   


Salar de Atacama

                                                            A Carlos Lezcano


todas las madres del mundo han llegado hasta aquí

en fila todas como las cordilleras

traspasadas de todos los vientos posibles

han llegado para llorar por sus hijos

los siempre nacidos y afiebrados

los siempre rebeldes en favor del sol y las migraciones

como en manada han llegado a llorar   sólo a llorar

han llegado sedientas a brotarse desde las entrañas del desierto

a rumiar la ausencia como si fueran pastizales de silencio

¡boro!¡boro!

             suenan vacíos los tambores

y la luna oxidada acerca su cornea maldita

derrama gigante su lengua de mercurio y lame las heridas

en la noche larga han llegado  en la noche roja han llegado

en fila y solas mientras los flamencos hurgan y hurgan en el agua

los átomos vivos del crepúsculo

y picotean y picotean hasta agujerear el litio dormido en los kriles 

en la noche quieta de marfil han llegado

casi de rodillas se han postrado llenas de inmensidad y de mareas en retirada

vi el temblor de sus pómulos

sus convulsiones

la tormenta inacabada de sus huesos anunciando los terremotos

las vi dormirse exhaustas

narcotizadas por sus hambres de caricias

las vi intentando redimir la tierra con sus lágrimas

nacer desde la sal amniótica del desierto

y sus dolores no eran de este mundo

pero ¡Sí! sus llantos

más sí que el dedo de dios

escribiendo en el cuero curtido de los volcanes

en las llagas petrificadas

en el baile quieto de los vientos del sur

las vi   y allí sus lágrimas-ríos su lágrimas-mar

ardieron en la gran cocina

en la silenciosa caldera donde los NN

se quedaron para siempre evaporando sus nombres

doliendo el aire de los vivos

 

en un temblor detenido      de vértebras estelares

 

© Rodrigo Galarza

1 comentario:

  1. Poema inmenso/intenso Rodrigo! Interpela y dice muy bien. Gracias! Alfredo Lemon

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