A LAS TRES DE LA TARDE
A las tres de la tarde,
en la vieja terminal de ómnibus,
la música que sale de los altavoces
tiene la estricta monotonía de las horas.
A las tres de la tarde,
en la vieja terminal de ómnibus,
la música que sale de los altavoces
tiene la estricta, sórdida monotonía de las
horas.
A las tres de la tarde,
en la vieja terminal de ómnibus,
la música que sale de los altavoces
tiene la estricta, sórdida, fatal monotonía
de las horas.
© César Cantoni
Muy buen poema César! Amalia M. Abaria
ResponderEliminarMuy bueno. e gusta.
ResponderEliminarMuy bueno. Me gusta mucho,
ResponderEliminarMuy bueno... me encantó.
ResponderEliminarGraciela Ballesteros