pensar
nos hace extraños
pero extraño
el entorno que nos amarra a objetos de
inconmensurables abismos
en los que si estamos
no estamos
y si somos
no somos
sólo selva
había aquí
sólo una serpiente sin alas
silbando al acecho
escondida en el fango
arrastrándose por pedruscos asentados en el
cieno;
las tortugas
adheridas como piedras al pardo de montículos
y los reflejos y pliegues en la playa,
miraban el oleaje
las goletas
y la estela de huellas en la arena;
© Álvaro Mata Guillé
La fugacidad bien dicha del ser y estar, huellas escritas. Alfredo Lemon
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