Sin queja
Está sola,
marido ausente en changas lejanas.
Nueve hijos jugando al fondo de la acequia.
Está sola
y no suelta el humo de su pena.
Se sostiene sentada en una piedra
masticando el pan casero,
sin queja,
con el perol entre sus piernas.
© Alejandro Cesario
Buen poema Alejandro de esta realidad que nos rodea.
ResponderEliminarAbrazo.
Ana Romano.
ufff, lo que vemos apenas salimos de casa.. bueno, los que miran.
ResponderEliminarGRaciela Ballesteros