Texto de Viviana Ayilef

 

Mirarlo. De costado mirarlo. De memoria mirarlo. Y mirar para adentro. Buscar la espina en el corazón. Nunca encontrarla. Y pensar dónde ha ido, si todavía se siente que duele. Pero no duele, no. Es la ficción del dolor que encandila. Dolía más cuando estaba. Cuando eso era un viento impulsivo que todo lo vuela. Sin pensamientos. Sin pactos. Sin ropas. Casi sin pieles de tanto despojo. Ahora no es nada. Cuando el corazón ya se pierde qué importa la espina. O tal vez es la espina esa cosa que late, que recuerda y que late. Que pregunta y que late. Que calcula la ausencia y entonces ni late.

 

© Viviana Ayilef