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1/9/22

Texto de Jorge Valbuena

 


GRAMÁTICA DE LOS CIELOS

 

Mi abuelo veía barcos donde yo veía orugas. Una nube puede ser muchas cosas –me decía- quizá mi barco sea tu oruga, si de repente a la nube le crecen alas el mío ya entonces será un avión y el tuyo una mariposa. Coleccioné así mis primeras lecturas siendo niño. Algunas eran trágicas cuando terminaban atravesadas por un relámpago. No siempre las nubes cuentan historias inofensivas. Otras me hacían reír hasta que caía la tarde.

Abuelo siempre fue un gran lector, incluso cuando llegó a buscarlo la ceguera, me advertía que no me confiara de lo que creía haber visto en las nubes si quería llegar algún día también a descifrar noches, eclipses, constelaciones, hasta el respiro de la niebla. Ellas nunca permanecen fijas, su función es contar, aún si cierras los ojos, la historia seguirá avanzando sobre tu cabeza. Yo no lo creía cierto, siempre pensé que era una más de sus motivaciones para hacerme recordar nuestra costumbre… hasta aquella vez que caminé con él bajo la lluvia.  No abras el paraguas –me dijo- escucha lo que hemos escrito tantas veces en nuestro idioma. 

 

© Jorge Valbuena

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