Despertar
Cada mañana despierta
Mi pena de juncos de agua
Abreva en las madrugadas azules
De zorzales maestros
Y bebe del canturreo de cotorras
El aroma monocorde de los pinos
Silba una armonía pegajosa
De ojos aún cerrados
Que deambulan por el cosmos
Algo espeso se acumula en mi sangre
Y hace un llamado
Como si un amigo perdido
Discara desde una ciudad remota
Y cada día inicio un viaje
que dudo emprender
pero insisto con la tenacidad
de un animal herido
despejo esa pista
de
malezas roncas
y me interno
por algún atajo transitable
en las nervaduras
siempre nuevas
del presente
© María Julia Druille
Gracias inmensas Gustavo. Siempre presente, con tu trabajo amoroso...cuánto haces por la poesía. Gracias, gracias.
ResponderEliminarVale la pena intentar un atajo en poesía! Muy bueno!!
ResponderEliminar"Las nervaduras siempre nuevas del presente" bella metáfora que cierra la esperanza que traspasa el poema. Buenísimo para leer cada mañana. ¡Abrazo, María Julia1
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