26/9/22

Texto de Cecilia Carballo

 


Alas rasantes 

De madrugada entró por la rendija. Ella, la que rondaba por las luces, la gata quería agarrarla; yo quería cazarla por si me picaba, entraba por mis ojos o se metía en las sobras de la cena. Cuando bajó con su vuelo amigable la estampé contra el vidrio. Sólo era una polilla de alas enormes que nada hubiese podido hacernos. ¡Qué molestos somos los seres humanos!

 

© Cecilia Carballo

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