Once
fieras fugaces en línea
música sin letra de un himno
que se corea en la tribuna.
En el campo de juego
el verde arrincona la pelota
y ella se deja llevar por otros pies
que buscan el gol.
Arquero
defensores
mediocampistas
delanteros
todos alienados a un 9 que no existe
en un equipo que improvisa toques
y suma tarjetas amarillas.
Once truenos rugientes
embisten desesperados los 90 minutos
que se escurren por los dedos.
El país se enluta por un juego,
se desploma también del continente
y queda en la cornisa del hambre
mientras la moneda nacional se devalúa
la inflación crece
cae la bolsa
emigran inversores
y el 48% de los niños en pobreza
juegan con pelotas de trapo
a ser goleadores del mundo.
© Silvina Anguinetti
Tu poema magnífico como el gol de Adasme, de arco a arco en el centro del dolor de un país herido. Cada juego permite la seriedad de las metáforas. Muy bueno. Alfredo Lemon
ResponderEliminarPoema necesario para reflexionar y diferenciar.
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