Alfeñiques de la paya
En el patio las tías lavan
la horqueta de mora y abuela
lleva el guarapo
del trapiche al horno.
La melaza caliente
comienza a hervir,
después a la paila
mové, mové changuita,
cuidado la espuma,
la paya sabe
con la cuchara estira
la melaza y golpecito,
si cruje ya está.
Descansala en la piedra,
descansala, dice abuela.
El patio se inunda,
olorcito dulzón.
Los nietos se acercan
para ver la danza
de la paya y la rama.
Ella enlaza el caramelo
en la horqueta y parece
una bufanda de miel.
Estirando hilos dulces
van y vienen sus manos
de la rama al pecho
hasta que agarra color
clarito, clarito y de vuelta
a la piedra.
En el mesón, las tías
afinan rollos, viboritas,
cortan y atan nuditos de miel,
los chicos envuelven,
canastita y a vender.
Alfeñique que sobre, pa’ comer.
© Ohuanta Salazar
Bello Bello !!
ResponderEliminar¡Precioso Ohuanta! Conozco bien los alfeñiques porque soy de Tucumán. Aunque nunca vi cómo los preparaban, ahora ya puedo imaginarlo con tu poema. Abrazote y gracias.
ResponderEliminarUna artesanía hecha poema! Vale!
ResponderEliminarBravo Ohuanta! Muy buena descripción. Alfredo Lemon desde Córdoba
ResponderEliminarsimplemente bella la fragilidad del hecho en sí. susana zazzetti.
ResponderEliminarGracias Gustavo, por buscar esta imagen y por tu generosidad de siempre.
ResponderEliminarHermoso!!!
ResponderEliminarHermoso poema.
ResponderEliminarAbrazo.
Ana Romano.
Dulce poema tan real!
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