No
me debes nada
Dijo que llegaría
Para cuando sirvieran el vino
Vi cuando corría
El último minuto
Para las diez y veinte y siete
No se trataba de palabras
Sino de insinuaciones
Un destello del vidrio
De la sombra al misterio
De la copa al vacío.
Venía en un plato azul la vela
La luz
no se hizo cargo
Crepitaba la angustia
Como aceite hirviente.
Recorrería tus labios gruesos
Tan gruesos
Con todos mis dedos
Reservo
los ojos
míos,
para cuando te recuerde.
© Mario Trecek
Buen poema! Bella imágenes! Belkys
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