Gargantas sin vaciar
no pueden apagar la sed
de una humanidad transparente
en el mismo infierno sin mar ni río.
Sólo un océano pleno de uvas racimos
cepas esparcidas
y esquirlas ya moradas
implantan en la tierra
destrucción y desnutrición,
solidifican a las arterias de paso
y quiebran
separan
al amor cuerpo
a los sentidos elementos.
© Marcela García Ferré
Gracias por publicarme Gus, es un honor volver a estar en tu página. Un abrazo! 🤗🌟
ResponderEliminarHola Gus, gracias por publicarme. Es un honor volver a estar en tu página. Un abrazo! 🤗🌟
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