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10/9/22

Poema de César Curiel

 


 

No pretendo encajar

en el crucigrama

de los intelectuales

en donde juegan

a perder el tiempo

ni morder con desdén

la flor que triste

morirá mañana.

Hay perros

que ladran todo el día

para hacerse notar

ante el amo

mueven el rabo

satisfechos cuando

consiguen una caricia,

después se echan

cargando su propio

aburrimiento

esperando la muerte.

¡Qué corta es la vida!

Van los minutos

como pequeñas hormigas

formando el pasado

que pocas veces vemos

y de mis muertos...

aquellos que duermen

plácidos y tranquilos

para ellos no transcurre

el tiempo

y, a los que viven

y no veo

pero no dejan

de ser muertos...

a ellos les mando

un abrazo.

 

© César Curiel

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