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13/8/22

Texto de Verónica Pérez Arango

 


El olor a aceitunas verdes me llega punzante desde la bolsa con pis que cuelga de tu cintura. La bolsa de plástico está siempre caliente porque es una vejiga portátil. Nadie puede sacar el olor a los fluidos que hay en las clínicas y hospitales. Por más que hombres y mujeres laven y laven con lavandina los pisos y las paredes, o tapen con perfumes el movimiento interno de los órganos, los cuerpos siguen largando su rocío, inundando las camas, el piso, los pasillos.

 

© Verónica Pérez Arango

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