15/8/22

Poema de María Cristina Chiama

 

Nanas del refugiado


La cebolla es escarcha/ cerrada y pobre:/escarcha de tus días/y de mis noches.

Miguel Hernández

1

 

Peregrino doblegado por el hambre

los pies encallecidos

sin plantas 

ni talones

ocupante de humedades y sótanos

intento de navegante  devorado por el mar.


2


Aylan Kurdi, no es justo  que te nombre

no cabe el testimonio

la famosa foto lo fue por sí sola

¿la recordamos todavía?

Ya no habrá triciclos en tu vida viajera

ni darás la vuelta a la manzana

que es ancha, ajena, agria y lateral

para el que no tiene lugar

ni pala para cavar su tumba.

 

3


Dejemos de respirar sin ansias

como si hubiera emigrado el aire,

están las letras para escribir duro.

¡A no dejar el teclado!

Nana del que se aloja en la nada

nana por la ausencia de paz.

Encontrémonos por vez primera

en un abrazo primigenio

de humanidad.

Nana de los que se quedan

levitando sin suelo,

sin familia, sin casa,

sin espera de la espera.

Nana de la hendidura de la caricia.

(¿busco acaso escribir versos oportunistas

sobre el hacinamiento

en el mediterráneo devorador

o las fronteras calientes?)

Nana para la mujer partida

sin parto ni leche

después de las hendijas de sal,

nana porque no callemos nunca

sin un verso rotundo

para el viaje devastador.

Nana para el refugiado

exaltado por la oenegé,

el cine, la noticia, las oraciones,

pero abandonado por la historia.

 

© María Cristina Chiama

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1 comentarios:

Anonymous Margarita Soto Frossard ha dicho...

Hermoso Cristina, muy sentido

16 de agosto de 2022, 18:48  

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