EL MALTRATADOR
…La rabia se inocula/ como el grito
suspendido de una cobra…
Harold Alva
no está en ningún sitio ahora puede gritarlo
escribirlo
quemar su ausencia
y dejar
que el viento lo sepulte
lo sabe
sin embargo
sigue entreabierta esa puerta
como un buitre
y vuelve del cementerio
con ese aroma a muerto
pero él ya se fue
como diría su abuela
muerto el perro se acabó la rabia
© Anamaría Mayol
Muy bueno!
ResponderEliminarLeonor Mauvecin
Tremenda verdad Ana,tan poéticamente recreada!Abrazo fuerte!Graciela Corrao
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