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28/7/22

Poema de Melisa Mauriño

 


 

QUISE ENHEBRAR EL OJO DEL CALAMAR

no tenía claro si la tinta era sangre o sólo tinta

como cuando se corre lo que escribo y se mancha,

como cuando lastima

los puntos en la herida cuando se va secando el poema

¿cuántos puntos o versos

hasta que se alivia lo incurable?

 

tenía ocho años y extendía sobre la mesa el cuerpo

flexible, tendida en la bandeja

de aluminio reluciente espejo

mi imagen, el bisturí

un tallo plateado entre los dedos

las suaves membranas de la piel

los tentáculos salinos

tan húmedos y sus cráteres rosados,

quería lamerlos y ensuciarme los labios

y las manos con su jugo

azul o negro, probar

su rigidez con mi lengua

 

yo escribo porque duele y la pluma se desborda

pero si fuera sangre, ¿qué pasaría?

¿o acaso no es sangre lo que se enfría y se va

tornando oscuro, escritura

debajo de la terca paciencia de un cadáver?

 

© Melisa Mauriño

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