18/7/22

Poema de Marta Zabaleta

  


Burbujas y tempestades bailan 

 en los abismos adonde los ojos lloran 

 

Dedicado a

  mi hija chilena Yanina, mi hijo escocés Tomás,  

mi sobrino-nieto polaco Andrzej y la sobrinita Sujai, mi argentinita  

 

El cielo se bifurca en esferas pálidas, concéntricas, 

y las sombras implacables se solazan en el frío 

mientras los aviones aúllan su locura de guerra: 

los hombres agazapados vomitan 

y más lejos las sirenas lloran.

 

Monstruos cual hombres, líderes enardecidos 

por el frenético estertor de sus espermas, Marta quisiera 

ponerles uno, dos, tres, cuatro cuernos en la frente, 

embadurnarlos de aceites y serpientes, 

y amamantarlos en sus madres nuevamente. 

 

El olor de la guerra sucio y triste 

titila sobre la semana que ya viene: 

marcado está ya a escondidas en criminal calendario: 

deben iniciarse a un tiempo, concertados, 

bombardeo y propaganda. 

 

Sangre sin verdad 

derramarán los anuncios de los diarios, 

muchas más violaciones serán 

nuevos trofeos 

de otra nueva guerra. 

 

Pero estarán nuestros días y sus noches, 

proseguirán el sol y sus estrellas 

Y los pájaros almorzarán gusanos 

Que desprevenidos se alimentarán 

de mi jardín en primavera, 

 

Cada día tu abuelo se levantará 

y rogaremos para que en ti se vea 

y una abuela te llevará 

ropa a tu lecho 

si tu madre faltara. 

 

Rueda contento tu infancia milenaria. Juguemos 

otra vez porque al dolor no amamos. Inventemos 

una familia de delfines y corramos, sé tú nuestro bombero voluntario hoy, y mañana: 

así con piruetas y vueltas, y más vueltas, taparemos 

con pájaros, flores y sonrientes, tu ventana. 

 

Y en las noches largas de esa luna hecha sin agua  

con nuestra pena prendida a unas gotas de estío 

como fingiendo alfombras de diamantes 

sembraremos despiertas esperanzas 

en el patio que brota. 

 

Dame la mano, diré, vuela gaviota, cruza la zona, baila en el aire 

ahora: seamos todos delfines de este viento agazapado : 

ven, tómate de mis manos, y 

hagamos el amor, muy dulcemente 

para que la guerra muera mientras nos amamos. 

 

Londres, 13 de marzo de 2003, antes de la segunda invasión de Irak por las fuerzas imperiales de USA y subimperiales del Reino Unido y España.

 

© Marta Zabaleta

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3 comentarios:

Blogger Marta Raquel Zabaleta ha dicho...

lo reciboen mi coraon, Muchisimas gracias,querido amigo y poeta.Abrazos.

18 de julio de 2022, 15:28  
Blogger Liliana ha dicho...


Y todo se repite. La guerra, el odio, la hoguera en la cabeza de los hombres. Muy fuerte Marta!

Lily Chavez

18 de julio de 2022, 20:10  
Anonymous Anónimo ha dicho...

duele tu poema tan intenso. todo duele ahora. abrazos. susana zazzetti.

20 de julio de 2022, 12:29  

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