Dulce ombligo
Naranja dulce ombligo nos gusta
partirla en ocho gajos con forma
de luna menguante. Nos sentamos
las dos a la mesa
el plato en el medio sorbemos
el jugo mordisqueamos la pulpa
y cuando ya no queda
nada raspamos con los dientes
la parte blanca de la cáscara arrancamos
hasta lo último de lo que fue
una fruta la matamos y la revivimos
con ese simple ritual. Por eso te pido
cuando sea vieja y vengas a visitarme
traéme naranjas y sentáte
a comer conmigo. Y cuando me muera
mordé lo blanco de la cáscara.
© Fabiana Jakubowicz
hermoso y jugoso poema
ResponderEliminarQue hermoso es este poema Fabi. Me voy a comer una naranja así, cómo la ofrecían en el comedor de mí escuela. Gracias
ResponderEliminarQué sabrosura!!
ResponderEliminarBesosss